Autora: Wilma Arellano
Hace un par de semanas se comentaba sobre el expediente que la
Agencia de Protección de Datos española abrió a
Google y las acciones que tomaron diversos países europeos en el mismo sentido. Después fue Austria la que prohibió la circulación de los coches de esa empresa por sus ciudades.
Ahora la polémica sobre una posible vulneración a la privacidad la han desatado las redes sociales.
Facebook y
Myspace han sido acusadas de enviar datos personales de sus usuarios a las agencias de publicidad, según
The Wall Street Journal. La posibilidad de que esto sea cierto, unido al hecho de que la primera de las redes mencionadas
“hace fáciles” sus controles de privacidad, como también se ha señalado, hacen la situación sumamente delicada.
Según el diario norteamericano, la información de un usuario se envía a las agencias cuando éste pincha en un enlace con publicidad. De este modo, además de que las empresas pueden tener el perfil del usuario, cuentan con un elemento más: la preferencia que esa persona ha expresado por un determinado producto, al consultar esa propaganda comercial.
Ante la dificultad y complejidad de regular Internet --por la propia arquitectura abierta y por el problema de la jurisdicción--, será necesario que los distintos países lleguen a acuerdos, que las empresas adopten actitudes de autorregulación para no perder clientes y que los usuarios presionemos y coadyuvemos en el desarrollo de una especie de regulación social, defendiendo nuestros derechos fundamentales
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