Internet se parece mucho a la vida física y real decía en un artículo publicado el 26 de agosto al terminar el verano. Si en la calle no confiamos de unos desconocidos que piden el número de teléfono o nuestra dirección, en la red hay que aplicar el mismo principio.
Poniéndome al dia en blog y páginas web de colegas y amigos encuentro esta selección que comparto con ustedes.
Periodismociudadano, 29 de agosto
Aceprensa, 29 de julio (Del Prof. Pérez-Latre)
Aceprensa, 26 de agosto (este sí es mío)
LORETO CORREDOIRA Y ALFONSO | 26 AGOSTO 2011
Hay negocios especializados en la “venta” de la información personal y aplicaciones y servicios telemáticos cada vez más sensibles en el campo de la privacidad. Se generaliza el trabajo en la nube y el compartir contenidos e información online.
Los sitios web o las “app” móviles nos ofrecen servicios a los que se accede con un simple clic, nos allanan el camino para editar un texto u hoja de cálculo, nos regalan espacio en la web (incluso decenas de gigas) o SMS gratis. Pero todo eso… ¿a cambio de qué?
WhatsApp, que arrasa como sustitutivo de los SMS de pago, es un ejemplo evidente. La ventaja de este sistema de mensajes, que se sincroniza perfectamente con los teléfonos inteligentes (Blackberry, iPhone o Android) supone en la práctica una transferencia de datos. En el momento de su instalación o descarga conecta la lista de contactos de números de teléfono o e-mail de mi terminal con los de mis contactos. Cambiamos dinero por datos personales, aunque la transacción no existe en sentido físico. Luego –como diría Alfonso Nieto– no es gratis.
Por otro lado, algunos hechos recientes han producido preocupación entre los usuarios de Internet, de forma especial entre los más expertos.
Esos mismos clamores de una mayor y mejor información acerca de nuestra privacidad, de los datos que utilizan los sitios sociales, o servicios como Google Docs, marcan también la tendencia sobre cómo serán los programas y equipos que utilizaremos en la red en los próximos años. Esto será cada vez con menos equipamiento o hardware personal y más programas y espacios en la “nube”. Es el llamado “cloud computing” que afecta a grandes programadores y a arquitecturas informáticas importantes.
Todo el artículo aquí.
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